Hace 10 meses nos conocimos, y simplemente pareciera
que fuesen años
Nuestro primer año de universidad ha sido un
cúmulo de nuevas experiencias. Desde el momento en que revisamos la página de
la universidad y vimos que habíamos sido seleccionadas en la carrera de castellano,
la vida cambió. En este pequeño recorrido que llevamos del largo camino que nos
queda aún por andar, hemos logrado establecernos y sentirnos parte de una
familia universitaria.
De una manera
casi espontánea los primeros días afloraron las amistades, nos fuimos
conociendo poco a poco, compartiendo cada uno las vivencias, los lugares de
donde proveníamos, y por qué estábamos allí. Muchos compañeros acababan de
salir de cuarto medio, otros habían estudiado carreras sin terminar, algunas
compañeras son madres, algunos simplemente ingresaron para probar suerte, por
lo tanto hay una diversidad de juventud que nutre y estampa nuestra carrera
pedagógica.
En términos
académicos ha sido un año duro y difícil para todos, debido a los diversos
problemas que existen en nuestro sistema educativo actual. La comunidad
estudiantil de la Universidad de Playa Ancha se
caracteriza por apoyar y exigir los cambios que necesita el país para mejorar. La Carrera de Castellano se
mantiene activa en las manifestaciones, y nosotros mechones también nos
integramos y gritamos con fuerza defendiendo nuestros derechos. Esto provocó
cambios internos, cambios de pensamiento, la perspectiva del primer día ya era
otra, ingresar a la universidad no solo se trataba de estudiar y pasar ramos,
sino de crear una vida, una atmósfera que nos uniera como compañeros y amigos
para generar algo nuevo, para aportar a la sociedad, para creernos el cuento
que el futuro es nuestro y puede ser mejor.
Todos nos
dijeron que debíamos prepararnos porque la vida universitaria era dura, y lo
es. La carrera se distingue por sus largas y extenuantes lecturas, aquellas con
las que te acuestas y te levantas, aquellas que no te dejan salir con tus amigos
los fines de semana, aquellas que
limitan tu vida en familia, pero que sin embargo, poco a poco nos han abierto
aquella barrera mental limitada, transformándonos en lectores activos y
pequeños amantes de la literatura, la lingüística y la educación.
Aquello que nos
condujo a matricularnos en esta carrera, creemos que ya no tiene el mismo sentido
y valor. Ya llevando 10 meses de universidad y casi logrando terminar nuestro
primer año, apreciamos el esfuerzo y la constancia por sacar adelante metas.
Somos capaces de pararnos delante de un grupo y exponer ideas nuevas. Hemos
establecido buenas relaciones con los profesores. Ellos son nuestros guías, y
la mayoría siempre tienen la disposición para atender nuestros asuntos
estudiantiles como personales. Sentimos que ya conseguimos subir un peldaño más
en esta escalera infinita del conocimiento, fijando un juicio más sólido e
independiente.
Es importante
encontrar tu espacio en tu casa de estudios, sentirte integrado, querer lo que
estudias, pero sin duda uno de los aspectos más bonitos que hemos desarrollado
es encontrar amistades verdaderas. Nosotras hace diez meses nos conocimos, y
simplemente pareciera que fuesen años.
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