lunes, 18 de enero de 2016

Nuestro primer año de universidad:

Hace 10 meses nos conocimos, y simplemente pareciera que fuesen años


 Nuestro primer año de universidad ha sido un cúmulo de nuevas experiencias. Desde el momento en que revisamos la página de la universidad y vimos que habíamos sido seleccionadas en la carrera de castellano, la vida cambió. En este pequeño recorrido que llevamos del largo camino que nos queda aún por andar, hemos logrado establecernos y sentirnos parte de una familia universitaria.

De una manera casi espontánea los primeros días afloraron las amistades, nos fuimos conociendo poco a poco, compartiendo cada uno las vivencias, los lugares de donde proveníamos, y por qué estábamos allí. Muchos compañeros acababan de salir de cuarto medio, otros habían estudiado carreras sin terminar, algunas compañeras son madres, algunos simplemente ingresaron para probar suerte, por lo tanto hay  una diversidad de juventud  que nutre y estampa nuestra carrera pedagógica.
En términos académicos ha sido un año duro y difícil para todos, debido a los diversos problemas que existen en nuestro sistema educativo actual. La comunidad estudiantil de la  Universidad de Playa Ancha se caracteriza por apoyar y exigir los cambios que necesita el país para mejorar. La Carrera de Castellano se mantiene activa en las manifestaciones, y nosotros mechones también nos integramos y gritamos con fuerza defendiendo nuestros derechos. Esto provocó cambios internos, cambios de pensamiento, la perspectiva del primer día ya era otra, ingresar a la universidad no solo se trataba de estudiar y pasar ramos, sino de crear una vida, una atmósfera que nos uniera como compañeros y amigos para generar algo nuevo, para aportar a la sociedad, para creernos el cuento que el futuro es nuestro y puede ser mejor.

Todos nos dijeron que debíamos prepararnos porque la vida universitaria era dura, y lo es. La carrera se distingue por sus largas y extenuantes lecturas, aquellas con las que te acuestas y te levantas, aquellas que no te dejan salir con tus amigos los fines de semana, aquellas  que limitan tu vida en familia, pero que sin embargo, poco a poco nos han abierto aquella barrera mental limitada, transformándonos en lectores activos y pequeños amantes de la literatura, la lingüística y la educación.
Aquello que nos condujo a matricularnos en esta carrera, creemos que ya no tiene el mismo sentido y valor. Ya llevando 10 meses de universidad y casi logrando terminar nuestro primer año, apreciamos el esfuerzo y la constancia por sacar adelante metas. Somos capaces de pararnos delante de un grupo y exponer ideas nuevas. Hemos establecido buenas relaciones con los profesores. Ellos son nuestros guías, y la mayoría siempre tienen la disposición para atender nuestros asuntos estudiantiles como personales. Sentimos que ya conseguimos subir un peldaño más en esta escalera infinita del conocimiento, fijando un juicio más sólido e independiente.

Es importante encontrar tu espacio en tu casa de estudios, sentirte integrado, querer lo que estudias, pero sin duda uno de los aspectos más bonitos que hemos desarrollado es encontrar amistades verdaderas. Nosotras hace diez meses nos conocimos, y simplemente pareciera que fuesen años.



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